sábado, 3 de agosto de 2013

Vamos a la Pinche-Cuevaaa!!!

Bueno, como prometí, aquí tenéis el "resumen" de mi verano...si os agobiáis por lo larga que es o algo, la podéis leer en varias partes, en plan novela... así que ahí va! 
En algún lugar de Huesca, de cuyo nombre no puedo olvidarme, no ha mucho tiempo que vivía un fanático escalador, de los de calcetines con los gatos, gorro de lana en verano y estómago de tales dimensiones que causaba estupor.
Así, de forma tan literaria, doy comienzo a esta entrada de grandes dimensiones, sobre mi ya anunciada estancia de nada más y nada menos que 20 días (para mi gusto nada menos) en aquél lugar de cuyo nombre no puedo olvidarme...efectivamente, se trata de la oscense escuela de Rodellar.
El día antes de irme en la inauguración de la tienda de escalada de Desplome Climb, en San Sebastián de los Reyes,  probándome 10000 gatos distintos y armándome bien de magnesio para el viaje que se avecinaba. Hubo coca colas, aperitivos, sorteos...dará de que hablar la tienda.


Aquí el grupo del día más o menos, en Desplome Climb.

Llegué a casa y puse a punto el equipaje necesario para tantos días: camisetas varias, pantalones más bien largos para empotrar mejor, material de escalada, las zapatillas zarrapastrosas de siempre, y por supuesto mi gorro, necesario para encadenar.
Amaneció y, junto con Octavio, puse rumbo a casa de Lucas, cuyo padre se ofreció para llevarnos hasta nuestro ansiado destino, acompañándonos los dos primeros días con Marcos, el hermano de Lucas.
Y así comenzó un no muy largo viaje hacia Rodellar, en el que fuimos planeando lo que haríamos durante nuestra estancia, las vías que probaríamos (al final no probé ni la mitad de lo que quería...que mala es la pereza) y bueno...un poco de música, una parada para comer y finalmente alcanzamos nuestro destino.
Yo sostenía que lo mejor sería llevar las cosas al Kalandraka, dejar todo y organizarse...por supuesto al final cogimos las mochilas y nos fuimos a escalar, el fanatismo lo puede todo.
El sector elegido fue la Gran Bóveda, el cual no conocía.
Así para calentar y asegurado por Marcos, me metí un un 7b+ muy de chorreras, y aunque no me sienta muy orgulloso, me bajé de la 4ª cinta. Más tarde le di un buen pegue a flash a un 7c que Lucas y Sergio probaron la semana pasado con no muy buen resultado, "Nanuk".
Después de liarme abajo en la zona técnica, caí con los codos en Cuenca en el paso duro.
Octavio igual que yo, y Lucas después de un pegue repleto de sus ya célebres helicópteros ilógicos, chapó la cadena de este rebelde 7c, quitándosela de encima.
Logo del refu del Kalandraka.

Una de mis fotos a las flores, había
 más pero me las borraban todas.

Para no contar minuto a minuto os describiré más o menos un día normal:
Después de alguna fiesta (no hombre, todos los días no), como es evidente el cuerpo sentía cansancio, por lo que la hora de levantarse no solía bajar de las 11:30 o 12 (más bien 12), lo cual encajaba pues los sectores buenos tienen sombra por la tarde. Después de un calmado desayuno con básicamente café,  zumo y cereales, echábamos un billar, preparábamos las mochilas con comida para aguantar la tralla del día.
A continuación descendíamos el camino, eso si, siempre con calma, y nos dábamos un bañito en alguna poza cercana al sector elegido para el día, para sofocar el calor causado por la pequeña caminata. Y finalmente, con la calma por delante, subíamos a calentar al sector, fuese donde fuese, así en plan Mulero, y atacábamos sin piedad (1 o 2 pegues jajaja) al proyecto del día. Luego nos juntábamos con cualquier amigo, ya sea Sergio (miembro honorario del "Apetrón Team"); Chris Shepred (o Jimmy según Ramiro), un chico de Gales que estaba en el Kalandraka con nosotros, y nos fuimos haciendo amigos suyos, hasta asegurarle en sus primeros 7c+ y 8a...hablaba bastante bien español, y compartía el espíritu: A MUERTE; también íbamos con Enrique (PincheEnrique para los amigos), de México, al cual le regalé mi magnesera (él había perdido la suya y yo tenía una nueva) cuándo le conocimos en el sector El Meandro...habitante de la famosa Pinche-Cueva (Pinche-cueva: dícese de la cavidad en la roca donde habita Enrique, similar a la Bat-cueva, y a la cual sólo los elegidos pueden acceder), según él se venía siempre con nosotros porque no se paraba se reír con nuestras paridas y demás; Dimitry y Ariadna; no se si hace falta que diga de dónde es Dimitry...con ellos también compartimos escaladas y muchas risas, ambos estaban muy fuertes; no añadiré más nombres pero efectivamente, había mucha más gente, incluidos todos los del Kalandraka, que nos soportaron lo que pudieron, y nos servían bien de coca colas, vasos de agua y Megahamburguesas (antes de los Jueves, ahora son de los Miércoles). 
Aquí, una fotillo de Ariadna, apetrando como siempre!



Chris, mostrándonos lo poco fuerte que estaba.

A la derecha, PincheEnrique, riéndose con nosotros como siempre

Lucas y Jorge flasheando, uno de los del Kalandraka.
Dimitry, con el cuerpo en tensión en la Familia Manson. 
Luego había viejos amigos que conocí en otras escuelas: Javi y Laura, que conocí en Montanejos hace ya un tiempo..en mi viaje a Margalef estuvimos con Javi todos los días..confío en verlos pronto; Urko Carmona, que no necesita presentación, y es la persona más motivante que conozco, sin duda alguna; Vieri, un italiano supermajo y superfuerte (con un perro supergrande), que conocí en Margalef y le he podido volver a ver en Rodellar..sus flashes en una vía son míticos; Carlos, un amigo que conocí en el Bovedón de Gandía, y dio el flash a Sergio en Arcadia, hasta se echaba magnesio él de lo emocionado que iba flasheando..también he de nombrar a su perro Patxi, el único perro que he visto que se le notan tanto los músculos,  dale un palo y se volverá loco jajaja; Jesús (Chechu) y Marc, unos valencianos que veníamos conociendo de las competiciones, y que nos ofrecieron una de risas que no tiene nombre...ya contaré alguna anécdota suya; luego pude ver a Gerardo, que estuvo con nosotros en el finde con el Pro-tes; Diana, que conocí en Gandía y he podido ver más veces en Madrid, las competiciones..; a Conchi y mucha más gente de Espacio Acción; Ramiro, simplemente el puto amo que no necesita presentación. Y mucha más gente de Bélgica, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Australia...(También pude ver y saludar a Daila Ojeda, que todavía no conocía)
Después, cuando anochecía, volvíamos con los frontales (aunque no siempre) hasta el Kalandraka con ganas de cenar...a veces volvíamos en chanclas, de noche y lloviendo a mares (bueno, solo una vez).
Una vez en casa, ya de costumbre, saludábamos a Doke y al resto de amigos que hubiese, dejábamos las cosas y nos preparábamos un buen plato de pasta (o arroz, o fabada, o lo que fuese), y nos llenábamos bien para recargar fuerzas.
Más tarde un poco de ordenador para contactar con el mundo, un billar y a dormir, eventualmente alguna fiesta en el Camping Mascún, en el Camping el Puente, o en el mismo Kalandraka...de las que no diré en este blog nada hasta que tenga 18 jajaja (lo que pasa en Rodellar se queda en Rodellar).
Cuando íbamos al Caming el Puente,
había que volver andando, por muy de noche que fuese

 Y después vuelta a empezar, al no ser que fuese un día de descanso, en cuyo caso bajaríamos a alguna poza para pasar el día, o bajar al Camping el Puente y hacer slackline sobre el agua gracias a Ester, quién por cierto se me olvidó nombrar antes, pero bueno, es que fue mucha gente nueva!
En fin, como cualquier día en el paraíso...y es que la gente, el ambiente, el paisaje, la roca y todo lo que hace especial a Rodellar te hace perder la noción del tiempo...
Otro factor de entretenimiento en Rodellar, los perros.




Lucas en plan: ¡Oh man!


Ariana y Patxi, que ahora está tranquilo...
Yo, en mi pose "Carlos Sobera".
Pero cuando a Patxi le das un palo, se convierte en esto!
Veamos a ver que cuento ahora......venga! Ahora vamos con la sección "Paridas épicas del verano", que las ha habido, y bien buenas, aunque no si si están a la altura de 'Apetrón' o 'Picos Prados'...pero aunque lo bueno es el momento... ahí van (explicaré las que lo necesiten):
1º Cojonecillo de indias (emisor: Sergio): creo que esta es evidente...
2º Chapatitas (emisor: Octavio): en vez de decir patatitas refiriéndose a un agarre, dice chapatitas...
3º Chupata más cubito 3€ (emisor: Sergio): ya sabéis, en vez de la famosa vía de Margalef de Chupito más cubata 3€, pues eso!
4º Coger un cuerno en plan Metal (emisor: Lucas): mientras Lucas le daba un flash a Octavio de su proyecto, él le dijo que la Kings of Metal tenía buena pinta, lo que sugestionó a Lucas para decir cuerno en plan metal, en vez de cogerlo en 'barra-pan'.
5º Ella Vera (emisor: Yo): no sucedió justo durante estos días pero necesito nombrarla...simple, en vez de la conocida vía Era Vella!
6º Repositar (emisor: Lucas): otra de Lucas, en vez de reposar...

Bueno ya esta bien de paridas, que lo bueno es estar ahí cuando las sueltan, así que supongo que me puedo limitar a contar anécdotas intercaladas con fotos! Así que bueno, vamos allá!
De esta en particular, Andrea va a acabar harta de escucharla, porque pasará a la historia... El caso es que íbamos Sergio, Lucas, Octavio y yo volviendo de noche del Ventanas, y cuando pasamos por la Gran Bóveda, retamos a Sergio a subir a encadenar Nanuk si estaba montada..y después de un rato mirando y comprobando que teníamos frontales, subimos a ver a Sergio en su escalada nocturna, escondiendo en los matojos las mochilas.
Llegamos a pie de vía, Sergio se encordó, se puso los frontales y encadenó..encima, al llegar a la reunión, apagó los frontales y salto, con bastante comba la verdad, pero estuvo divertido!
Luego, ya dispuestos a irnos, surgió una voz que pronuncio las tres palabras clave para picar a una persona: Lucas, a que NO HAY HUEVOS a darle a Nanuk ahora, y desnudo.
Y entonces esas tres palabras le calaron tan hondo que respondió afirmativamente de forma muy rotunda....Imaginaos el panorama, esperando ya de noche cerrada, a que Lucas se desnudase, y con los frontales y los pies de gato de Sergio, re-encadenase la vía.
Después de no encadenarla, pero llegar a la reunión, que ya es para como estaba, hizo igual que Sergio, apagó los frontales y se tiró al vació, a oscuras, y desnudo...afortunadamente el arnés no pilló nada que no tenía que pillar.
Recogimos y más tarde extendimos la noticia por el Kalandraka.
Vista desde el Ventanas, un día de esos de lluvia...

El mismo día de lluvia, haciendo el tonto con la cámara.


Lucas apetrando en su Mal de Amores.
Sergio haciendo de las suyas en su proyecto,  Monserrat.

En cuanto a comida que se refiere, tranquilos, no fuimos unos muertos de hambre (como quien yo me se), al contrario, desayunábamos y cenábamos en abundancia, para poder aguantar los trotes diarios. ¿Variado? Bueno, hacíamos todo lo que podíamos por comer verduras, como gorronear ensalada a los amigos y de vez en cuando comer manzanas, que duran tiempo. Esto teniendo en cuenta que se nos estropeó mucha comida (ahora hay un cartel de tirar la comida podrida en el Kalandraka, creo que fue por nosotros), perdimos los huevos, los kiwis, los plátanos, las zanahorias, una bolsa de ensalada, un melón...y mejor no os describiré el hedor que emitía la caja de la comida.

En fin, pero comimos bien, no tan parecido a los primeros días en Rodellar a los previsores Marc y Chechu, que como su amigo Ramón no paró en Huesca a hacer la compra, no tenían comida...bueno, miento, un día que les preguntamos tenían una lata de melocotón en almíbar, y risotto caducado. Además habían gozado de una cena de lujo, que constaba de espaguetis y, lo que es más triste, de primero una sopa con el agua de los espaguetis. Pero como buenas personas que somos les ofrecimos lo que sobraba de lasaña y para luego, un par de pastillas de caldo, unos fideos y un poco de chorizo, con lo que aguantaron otros dos días.
Estas mentes brillantes también fueron previsores no trayendo tienda, teniendo que dormir sin nada. Bueno, miento otra vez, Marc no tenía esterilla, por lo que tenía que dormir sobre la cuerda; y Chechu tenía un saco sábana que apenas abrigaba.
Marc y Chechu, las mentes brillantes.

En estos viajes importan más los buenos momentos que la escalada en sí.
Por ejemplo, un día que íbamos a la Piscineta (al final no pudimos por que iban otros dos grupos de personas, mucha gente y poco espacio), pero en vez de eso, hicimos el viaje en barca a los sectores de Glacier y Pequeño Paraíso, en los que probé una vía bastante guapa con Octavio, pero entre que estaba vago (que sorpresa) y que no me motivé del todo, la desmonté. Lo que hicimos de forma acertada fue pasar el resto del día haciendo rafting, y jugar en general con las barcas, puesto que momentos como esos son los que más se recuerdan.
Pues eso, haciendo el tonto con las barcas!

Ese día, también tuvo lugar otra hazaña de si, otra vez, Marc y Chechu.
Estábamos no se, supongo que hablando, y repentinamente, a las 12 o la 1 más o menos, Chechu nos dice que se van él y Marc a escalar al sector Ventanas (que esta como a 3 horas caminando), porque les han dicho como ir y que este sector no les motivaba. Así que les vimos desaparecer entre la maleza y confiamos que encontrasen el camino correcto.
El resto del día normal, volvimos (muertos de cansancio, eso sí), merendamos con calma y ya a la noche, cuando pasábamos por el parking, nos dijeron unos amigos que habían visto a nuestros amigos valencianos, aparecer por unos arbustos, en el sector Surgencia, a eso de las 8:30.
Al parecer se saltaron el desvío en La Piscineta, y siguieron subiendo por el río, atravesándolo incontables veces, cruzando caminos de cabras y subiendo y bajando montes constantemente...todo esto sin agua ni frontales. Un total de 8 horas caminando, cifra similar a la que nos estuvimos riendo de esta historia.
En fin, al final lo importante es sobrevivir. Y un día en mi proyecto estuve a punto de fallar, debido a que caí chapando la quinta cinta exprés, después de un aleje...curiosamente, aunque pensaba que me comía el suelo, en vez de un buen grito, me salió un frenético "tu tu tu tu tu tu"(que nos había pegado a todos Sergio) y me quede a escasos 30 cm de tocar el suelo, cosas que pasan, pero eso no me quito la motivación para encadenarla al día siguiente.
Llegando al empotre clave de A Cravita.


Más de lo mismo por A Cravita...

Apetrando en la sección dura.

Empezando en la Familia Manson.

Otra fotiko en la Familia...

Bandereando en un chapaje.

Ya el último día, tuve que hacer una redada para recoger todas las cintas que tenía puestas por Rodellar: pasé por la Gran Bóveda, y me caí tocando el canto de chapar la reunión dos veces seguidas de una vía que había probado; después fui hasta el sector Pince Sans Rire y desmonté la famosa Gracias Fina, que no tuve tiempo de dar pegues; y ya por último me dirigí hacia el Ventanas, donde estaban todos mis amigos, no sin antes darme un relajante aunque raudo baño en pelotas (algo tenía que hacer, no encontraba el bañador).
Comprobé que todo el mundo había encadenado, y esperé a la noche para darle dos buenos pegues con frontal a otro proyectito, cayendo en el canto salvador.
Si, efectivamente, había acabado mi último día en Rodellar, y no había encadenado nada...pero la sensación era la misma de haber encadenado, de haber encadenado 20 días en este paraíso, conociendo gente increíble, pasando momentos inolvidables, y riéndome como nunca lo había hecho. Ha servido para darme cuenta de que lo importante no es subir de grado cada fin de semana en el que sales a escalar, si no poder compartir esos momentos de escalada o no, con la gente que te importa...Es por esto que la escalada no es solo un deporte, la escalada es además un contexto para pasar ratos como esos, con los amigos, tirados en el suelo después de un baño, observando el envolvente paisaje que nos rodea.
Al día siguiente me dispuse a irme con las maletas, me despedí de la gente que había, y miré al irme el cartel del Kalandraka, algo así en plan película, que solo faltaba que se pusiese a llover y sonase una canción como 'The End' de The Doors.
De tanto tiempo ahí, acabas hablando hasta a los árboles!

Sergio berreando en Akelarre, como siempre..


Lucas haciendo su propio "Saludo al sol".

Bueno, se acabó lo que se daba, la entrada esta infinita si (que confió no se os haya hecho un tostón), lo que no se acaba es el verano, en el que espero vivir más momentos como esos, de los que te hacen pensar que la vida realmente merece la pena. Muchas gracias por la lectura, hasta luego, fuerza y honor, y más que nunca.....A MUERTE;)