martes, 25 de junio de 2013

Preludio al verano...

Cuan impactante puede llegar a ser una escuela... Esto lo he podido comprobar este fin de semana, realizando un corto y fanático viaje a, si, ese lugar con cierto ambiente mágico, de pozas de agua cristalina, desplomes inmensos de canto bueno y mucho, mucho fanatismo. Supongo que la mayoría habréis llegado a la conclusión de que evidentemente se trata de Rodellar, Huesca.
El team para esta vez era el Pro-tes en sí, con Andrea (que además estaba mala) y Gerardo para soportarnos y controlarnos. 
A punto estuvimos de cancelar la aventura pues nuestro transporte no había llegado a tiempo, y puesto que los científicos no han conseguido todavía crear un coche de 5 plazas en el que quepan 12 personas y su equipaje, nos veíamos en un gran atolladero. Pero gracias al fanatismo y a la colaboración de los padres, que se fueron con nosotros prácticamente con lo puesto, este viaje pudo ser posible.
Pues eso, entre maletas, pusimos rumbo a nuestro destino, como no yo iba en el asiento del medio. Después de un viaje caluroso pero no obstante entretenido, llegamos más bien tarde a ese paraíso de roca, donde nos encontramos con Ramiro (padre de Sergio), que se ha buscado ahí un sitio para vivir y trabajar, y Javi, gran amigo con el que he tenido el placer de compartir alguna que otra escalada, que subió con la misma intención que Ramiro. También encontramos a Urko, quien supongo conoceréis, y para mi es una de las personas más motivantes que conozco.
Cenamos en el Kalandraka, donde nos alojamos el fin de semana y nos acogieron con amabilidad. 
Nos despertamos con calma, desayunando bien, con café como no, echando un billar mañanero...lo normal. Repartimos la comida el material y las cuerdas y nos fuimos a calentar todos en el sector "El Camino", que a pesar de estar pulido, tiene vías muy buenas. Después de un 6c+ peleón y un 7a+ super-bueno de conti, nos bajamos a comer sin prisas y aprovechar para darnos un bañito en una poza y hacer un poco el tonto con un saltito.
Los sectores elegidos para la tarde fueron unos buenos representantes de lo que es Rodellar, tales como "El Delfín" y "Las Ventanas del Mascún".
Vista de los sectores de El delfín y Las ventanas...impresionante

Ahí tampoco estuve superactivo, debió ser por el baño. Pero a pesar de ello pude probar El Delfín, 7c+, un clásico de Rodellar que me dejé bien para el verano. Lucas se hizo con esta vía al segundo pegue y Sergio se puso a probar el viote Montserrat, 8a+, para ir fijando proyectos.
A la vuelta nos dimos una vuelta por todos los sectores que encontrábamos  "Café Solo", "Cueva de Ali Baba"...y cruzando el río diez mil veces.
Llegamos muertos al Kalandraka, con ganas de cenar y reponer fuerzas. Ahí nos volvimos a reencontrar con Sasha Digiulian, a la que tuve el placer de conocer en Gijón, y que confió en no tardar mucho en volver a ver jeje (felicidades a ella por sus recientes encadenamientos en esta escuela).
Ya por la noche nos fuimos con Andrea, Gerardo, Lucas, Sergio, Octavio y yo (¡y Sasha!) a ver una proyección del gran escalador Novato Marín, quién nos contó un poco su vida como escalador, aventuras y malaventuras, y su película Sense Limits. Toda una lección de superación y motivación. Así que ya sabes Ramiro, no hay excusas, NO PAIN NO GAIN.
Cartel de la proyección de Novato

Nos fuimos a dormir (¡por fin!), para descansar y poder moverse al día siguiente.
La mañana fue igual, café y billar. A continuación, Octavio y yo nos fuimos a conocer el sector "Egocentrismo", que me gustó bastante a pesar de estar las entradas un poco pulidas. Después de calentar un poco a lo loco y preguntar a alguien por los grados de las vías, Octavio decidió meterse a la Pequeño Pablo, 7b (le dan 7a+ pero más dura en mi opinión). Llegó hasta la tercera cinta y debido a un paso extraño y que no se encontraba del todo bien, decidió bajarse. Entonces me tocó a mi, llegué a un reposo más o menos cómodo y observé lo que me quedaba por encima. Ante mi sorpresa y el interrogante de Octavio, se me habían olvidado las cintas que quedaban por poner (unas cuantas). Antepuse a todo a las ganas de encadenar y me anclé a la chapa, pero sin apoyar peso, de forma que estaba completamente seguro pero seguía encadenando; acto seguido bajé una gaza de cuerda hasta el suelo para que mi asegurador me pudiese facilitar las cintas exprés. Me las coloqué y me desanclé de la pared, todo esto encadenando y reposando en activo. 
Después de luchar lo que me quedaba de vía, que no era poco, y teniendo en cuenta la movida que había hecho para hacerla, ¡no podía caerme!, chapé la cadena a medio flash medio a vista (a mixta) de este pedazo de vía de pura continuidad.
Finalmente recogimos y nos fuimos a esperar a los demás y comer un poco, había sido un finde demoledor, así que nos despedimos aunque no por mucho tiempo de esta ya no escuela, sino paraíso. 
Ha sido un finde motivante, pero más lo serán (teniendo en cuenta de que he encadenado a vista todos los exámenes escolares, y gozaré de plena libertad), los 20 días que pasaré junto al "Apetrador Team", en efectivamente, otra vez, Rodellar.
 Serán veinte días disfrutando de esta escuela, encadenando o no proyectos, con bañitos diarios en las pozas, alguna fiesta que otra jeje...pero sobre todo fanatismo y motivación al máximo.
En fin, siento no poder aportaros fotos, que haberlas las hay, pero las tiene todas Lucas en su cámara. Pero tranquilos, que la kilométrica crónica que realizaré después de 20 días escalando, estará repleta de fotos buenas, así que no os asustéis con el tamaño de la entrada, la podréis leer a cachos.
Dicho esto, solo me queda como siempre el... A MUERTE;)

2 comentarios:

  1. Preludio de un fantastico veraneo bien merecido. Enhorabuena por todos tus logros y sigue escribiendo y encadenando asi de bien.

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    1. No se si encadenando, pero cuando vuelva voy a escribir toda una novela (sea o no buena).

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